Tuesday, April 5, 2011

La moralidad de Amores perros

Mientras que preparara para la presentación, algo que encontré repetidas veces era que Amores perros es una película moral. Defiendo que su película no era una copia de Pulp Fiction, Iñárritu dijo que, a diferencia de las películas de Tarantino, que él (Iñárritu) no trata la violencia a la ligera. Precisamente, dijo, siendo de D.F., sabe lo que es la violencia y que no es un chiste.

Teniendo en cuenta esa, creo que podemos ver Amores perros como una película moral, que es decir que es una película que muestra una sociedad en que el sentido de moralidad se pierde y que, finalmente, juzga los personajes que trafican con esa violencia.

Los perros funcionan dentro de esa analogía por representar ambos la brutalidad y la bondad de el ser humano, o, decirlo de otra manera, lo animal y lo humano. La relación que las personas tienen con sus perros se hace eco con las relaciones que tienen entre ellos. Son relaciones sumamente abusivas, fracasadas, o marcadas por la falta de lealtad--relaciones violentas, en un sentido. Los perros representan, en nuestro imaginario cultural, la lealtad y el vínculo absoluto, sin condiciones. Pero también representan la naturaleza animal. Los perros funcionan simbólicamente en los dos niveles, para invocar esa naturaleza dual de la humanidad.

Visto como un comentario en la condición humana, es algo muy universal de la película. Pero, ¿también hay un crítico o un comentario presente que comenta en la sociedad específicamente mexicana? Pensando, de nuevo, en lo de la Ciudad de México como un "experimento antropológico," existe allí muchos mundos dentro de un mundo. La película se estrella (literalmente) estos mundos contra los otros--lo de la clase baja/trabadora, de la clase media/alta, y de una clase invisible que sugiere la compleja historia de México. El choque de la película entre estos tres mundos nos ofrece un comentario en la conexión que existe, escondida quizá, entre todos. Podemos intentar a existir como si no hubiera hilo que nos conecta pero el choque revela su presencia. A lo mejor la película está diciendo que la sociedad que no reconoce esta conexión sufre la violencia.

2 comments:

  1. De acuerdo, la película presenta una moralidad muy compleja, lo cual la hace, a mi juicio más interesante. Y creo que es por lo que dices respecto al sentido de la violencia. La violencia en la película tiene, extrañamente, sentido. Es 'real' (con todo lo difícil que el término implica). Es decir, la violencia puede pensarse como necesaria e inevitable. Esa inevitabilidad emerge de una situación de crisis (pero acaso no se está siempre en crisis), de crisis social y, creo, también individual. La imagen del choque que explicas está buenísima: ahí chocan los mundos diferentes, mundos que se creen y quieren creer separados y ajenos, pero se ven obligados a colisionar (¿por qué es el choque inevitable?). Así, siguiendo tu lectura, podemos pensar la película como una que propone una profunda crítica social, 'realismo social', podríamos haber dicho hace setenta años.
    La moralidad se ve, además, expuesta cuando lo pensamos conectada a la relación hombre-animal. Su carácter dual que bien notas, nos lleva a concluir que la violencia es inherente a nosotros, que somos personas que podemos, igualmente, amar y matar, odiar y querer. ¿Es entonces posible determinar lo bueno de lo malo? ¿Cómo lo sabemos?

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  2. -¿por qué es inevitable el choque? Bueno, creo es inevitable porque las paredes que nos dividen en clases distintas son artificiales y, por consiguiente, insostenibles.

    -¿Es posible determinar lo bueno de lo malo? Ai, buena pregunta! No sé si eso es una buena conexión pero, cuando estoy leyendo algo tiendo ver conexiones entre ello y todo lo demás. En fin, he estado leyendo un poco sobre dos filosofías políticas distintas, la de Thomas Hobbes y la de Jean-Jaques Rousseau. Hobbes proponía que la naturaleza del ser humano era brutal, animal, y que necesitábamos la ley para moderar nuestros instintos violentos. Rousseau, por otro lado veía que teníamos la capacidad de controlar nuestros instintos y que, además, las leyes o las sistemas ("gente artificiales") que creábamos podían ser tan cruel como el individuo humano. La conexión que estoy intentando a hacer, supongo, es que es incluso difícil decidir si somos fundamentalmente buenos o malos, y desde qué lugar podemos controlar lo malo del ser humano? No tengo respuesta, la verdad!

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